El invento de una mujer que revolucionó la protección personal
El chaleco antibalas moderno se basa en el Kevlar, un material creado por la química Stephanie Kwolek en 1965 y que ha salvado miles de vidas
En 1965, la química Stephanie Kwolek revolucionó la industria de la protección personal al descubrir el Kevlar, una fibra sintética más resistente que el acero y sorprendentemente ligera. Aunque inicialmente fue desarrollado para reforzar neumáticos, el material se convirtió en el componente principal de los chalecos antibalas modernos.
Kwolek trabajó durante más de 40 años en la empresa DuPont, donde su investigación en polímeros la llevó a desarrollar esta fibra resistente a impactos y temperaturas extremas. A pesar de que su invento generó enormes ingresos para la empresa, ella no recibió una compensación económica proporcional, aunque sí fue ampliamente reconocida por la comunidad científica, incluyendo su ingreso al Salón Nacional de la Fama de los Inventores en 1995.
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El Kevlar ha sido usado por fuerzas militares, policías, bomberos y civiles en todo el mundo. Su capacidad para detener balas y absorber impactos lo hace indispensable en contextos de alto riesgo, donde ha contribuido a salvar miles de vidas.
Más allá de su impacto técnico, la historia de Kwolek resalta la importancia de la participación femenina en campos científicos dominados históricamente por hombres. Su trabajo demuestra que la ciencia orientada a problemas prácticos puede tener efectos duraderos y de gran escala en la sociedad.
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El legado de Stephanie Kwolek es un ejemplo de cómo la investigación científica, guiada por la curiosidad y la perseverancia, puede derivar en soluciones que transformen profundamente la vida humana.